Petra, Jordania
Una colección única de edificios únicos tallados en las rocas que remiten a otro mundo. Los visitantes pueden recorrer los varios monumentos y admirar esta peculiar arquitectura de corte rocoso.
Petra fue descubierta para el mundo occidental en 1812 por Jean Louis Burckhardt (1784-1817), un viajero suizo disfrazado de árabe, que se hacía llamar Sheikh Ibrahim. Siguió la ruta entre Damasco y Egipto, pasando por Jordania. Escuchó decir que a las afueras del pueblo de Wadi Musa, existían en medio de una fortaleza natural, unas ruinas extraordinarias. En esta región, que entonces pertenecía al Imperio otomano, se desconfiaba de las personas que curioseaban en las antigüedades consideradas como "obras de los infieles"; porque en ese momento la situación política y religiosa era tensa. Burckhardt se presentó como un peregrino que deseaba sacrificar una cabra al profeta Aarón, cuya tumba, construida en el siglo XIII, se suponía que estaba más allá de las ruinas, en la parte superior de Jebel Haroun. Acompañado de su guía, cruzó la ciudad antigua en agosto de 1812, sin poder por un momento pararse a tomar notas o dibujos, pero consciente de la importancia de tales restos y del hecho de que esas ruinas cercanas a Wadi Musa eran las de Petra. Entusiasmado, propagó la noticia entre los occidentales instalados en Oriente y en Egipto y expuso sus conclusiones en el libro Travels in Syria and the Holy Land, que se publicará en 1823, cinco años después de su muerte.
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